Los
nombres que adoptarían y aun hoy adoptan
son muy diversos, entre otros motivos
porque algunos buscan deshacerse de
cualquier connotación belicosa. Así, frente a los tradicionales SWAT Teams
(Equipos de Armas y Tácticas Especiales),
podemos encontrar SOUs (Equipos de Operaciones
Especiales), SRTs (Equipos de Respuesta
Especial), ERTs (Equipos de Respuesta
de Emergencia), ESUs (Unidades de Servicios
de Emergencia), y así un largo etc.
Pero se llamen como se llamen,
todos cumplen básicamente las mismas
funciones de respuesta ante situaciones
que desbordan la preparación y equipamiento
de los policías de radio-patrullas,
si bien su configuración es de lo más
heterogénea, existiendo diferencias
considerables en cuanto a equipamiento
y estructura. La inmensa mayoría de GEIs estadounidenses
están dedicados exclusivamente a aportar
una respuesta o apoyo tácticos a las
necesidades del resto de Unidades de
campo (radio-patrullas, detectives,
drogas, etc.)
Sin embargo existen algunas excepciones.
Algunos Departamentos han aprovechado
las aptitudes y equipamiento de estos
Grupos, especializándolos, no sólo en
misiones meramente tácticas, sino en
todo tipo de rescates (así, la ESU del
NYPD.)
La
envergadura del Departamento en donde
se hayan creado y su presupuesto condicionan
enormemente su composición personal,
su material y su formación.
Así, tenemos GEIs que están integrados
por cerca de 400 policías (como es el
caso de la ESU en New York) y otros
por solamente cinco (como es el caso
de Departamentos en zonas rurales de
menor población en donde la plantilla
puede ser de 12 personas.) Entre éstos, cientos de posibilidades.
Pero de lo que no cabe duda es
de que, sin perjuicio de lo grande o
pequeño que sea el Departamento, muchos
de ellos han decidido contar con esta
posibilidad de respuesta y el número
sigue aumentando.
En
otros países ha tardado más tiempo en
formarse este tipo de Grupos de Intervención,
en parte, porque el número de sucesos
violentos no hacía plantearse siquiera
la cuestión.
Y no sería, sino hasta mucho
después de creadas las primeras Unidades
Anti-terroristas estatales, que empezarían
a formarse Grupos SWAT, para “descargar”
a las primeras de tareas más ordinarias
de apoyo a la Policía en general, dejando
la activación de e stas para supuestos
de extraordinaria complejidad.
En
1967 ya habían iniciado su andadura,
en los EEUU, los primeros Equipos Tácticos
(Tactical Team o SWAT), que en esos
momentos, pertenecían únicamente al
ámbito policial.
Pero el resto del mundo esperaría
otros acontecimientos sangrientos más
cercanos en la distancia para decidirse
sobre su conveniencia.
Así, en junio de 1968, varios
terroristas palestinos secuestraron
un Boeing 707 de la compañía El Al que
viajaba de Roma a Argelia.
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Desde ese momento, los pasajeros
de líneas aéreas se convertirían en potenciales
rehenes a merced de los designios de hombres
desesperados que decidían iniciar un secuestro
y cuyos motivos podían diferir entre países,
pero cuyo resultado final dejaba habitualmente
personas muertas y vidas hechas añicos.Las
fuerzas de los distintos Ejércitos y Policías
de los países implicados disponían de
pocos recursos y de nula preparación específica. Lo único que les cabía era recoger las
piezas rotas y ver qué más podían hacer
la próxima vez que surgiera un incidente
similar.
Varias naciones, como Israel y
Gran Bretaña, crearon Unidades Anti-terroristas
después de la primera vez que alguno de
sus ciudadanos fuera tomado como rehén;
la mayoría de naciones, sin embargo, optaron
por esperar hasta después de los acontecimientos
de los Juegos Olímpicos de 1972.
El
5 de septiembre de 1972, ocho terroristas
de la organización Septiembre Negro, disfrazados
de atletas, asesinaron a dos deportistas
en su ataque inicial al recinto olímpico
y tomaron como rehenes a otros nueve,
que fueron golpeados y abocados a una
muerte violenta.
Una sucesión de errores tácticos
por parte de la Policía alemana provocó
que los terroristas acribillaran a los
rehenes, dejando un escenario de sangre
y muerte desolador.
Ese día, al igual que en el caso
de lo acaecido en el World Trade Center
el 11 de Septiembre de 2001, los terroristas
no sólo sembraron el miedo en Alemania,
sino también en el resto del mundo.
Muchos gobiernos tomaron buena
nota de lo sucedido ese día y desde ese
mismo año, las Unidades Anti-terroristas
empezaron a surgir como las setas en todo
el mundo civilizado.
Ningún gobierno quería resignarse
a estar de nuevo a merced de delincuentes,
desalmados y locos sin tener la posibilidad
de salvar a sus ciudadanos y a sus intereses. Había que crear una fuerza especializada
en la lucha contra cualquier forma de
terrorismo que pudiera amenazar al Estado
o a sus ciudadanos.
Qué
tipo de fuerza, si policial o militar,
sería la encargada de ejecutar este tipo
de misiones, fue algo que presentaría
diversidad de posibilidades, adoptándose
en cada país distintas soluciones, no
sin disputas de competencia entre responsables
civiles y militares.
Se
iniciaba fuera de los Estados Unidos la
creación de las primeras Unidades de Armas
y Tácticas Especiales diseñadas específicamente,
no para apoyar a la Policía, como los
SWAT Teams norteamericanos, frente a delincuencia
armada o sujetos peligrosos, sino para
la lucha anti-terrorista (como el G.S.G.9
en Alemania y el S.A.S. en Inglaterra.)
Algunas de ellas, sin embargo,
se enfocarían para desempeñar ambos cometidos
(este fue el caso del G.E.O. en España.)
Posteriormente
se crearían
nuevas Unidades Tácticas dependientes
de diversas administraciones (recordemos
que existen diversidad de organizaciones
territoriales y sistemas políticos), en unos casos con
criterio territorial (como los S.E.K.
en Alemania, dependientes de cada uno
de los Estados o Lander) y aun de la misma,
con la finalidad de “descargar” a las
Unidades Anti-terroristas principales
de las tareas de apoyo en funciones secundarias
a otras Unidades policiales (como sería
el caso de los G.O.E.S. en España).
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