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|| El
empresario Elio Brozzon |
El
empresario Elio Brozzoni, secuestrado
hace 23 días mientras almorzaba en un
restorán de Pacheco, sigue sin aparecer.
Fuentes del caso confirmaron que los secuestradores
se volvieron a comunicar con la familia
y bajaron sus pretensiones para liberarlo:
ahora exigen 500.000 dólares, en lugar
de un millón como pedían al principio.
En
tanto, las negociaciones para liberar
a Germán Zapata —hermano del futbolista
de River Víctor Zapata— están estancadas.
Pero los investigadores son optimistas:
creen que se resolverá rápido.
En
cuanto al caso de Marcelo Ramírez, hijo
de un comerciante de Villa Martelli, cuya
familia denunció que fue secuestrado el
10 de diciembre, surgieron dudas. Hace
varios días se cortaron las comunicaciones
con los supuestos secuestradores y la
familia. Y ahora la Policía investiga
si la desaparición del joven no está relacionada
con una venganza.
A
Elio Brozzoni lo secuestraron el 11 de
diciembre mientras almorzaba con uno de
sus hermanos y el hijo de José Bascoy,
un empresario que estuvo secuestrado entre
el 26 de octubre y el 4 de noviembre.
Los tres estaban en el restorán La Barranca,
que está sobre avenida Constituyentes
(la vieja ruta 9), a 14 cuadras de la
planta de su empresa familiar: la papelera
Santa Angela. En el restorán había además
unas 30 personas, entre empleados y clientes.
Los
secuestradores actuaron como un comando:
tres hombres, vestidos con ropas de colores
muy llamativos y sus cabellos teñidos
de amarillo, entraron por una puerta y
dos secuestradores más por otra que da
a un lateral. Fueron hacia la mesa que
estaban los tres hombres, agarraron del
cuello a Brozzoni, lo sacaron del restorán
y, tras subirlo a un auto, escaparon,
cambiando de auto al menos una vez.
Elio
Brozzoni tiene 58 años, nació en Italia
y vino de chico a la Argentina. Está casado,
tiene tres hijos (dos varones y una mujer)
y vive en una casa que alquila en el country
Los Cardales. Los que lo conocen lo describen
como "una persona de bajo perfil, para
nada ostentoso; un 'laburante' y muy buen
amigo cuyos pasatiempos preferidos son
jugar al truco y al tenis".
Los
secuestradores se comunicaron varias veces
con la familia. En principio exigieron
un millón de dólares por su rescate, pero
el sábado bajaron la cifra a 500.000 dólares.
El encargado de negociar con los captores
es Fernando Brozzoni, el hijo mayor del
empresario.
Fuentes
del caso dijeron a Clarín que las llamadas
a la familia no las hizo siempre la misma
persona. Del otro lado de la línea, Fernando
Brozzoni escuchó al menos tres voces diferentes.
Desde
que el empresario fue secuestrado su familia
recibió una sola prueba de vida: un fax
manuscrito en italiano que habría sido
escrito por el empresario en el que contaba
detalles de su familia que sólo el conocería.
El fax llegó hace trece días a la empresa
de un amigo.
En
cuanto al secuestro de Germán Zapata,
de 16 años, las fuentes policiales sostuvieron
que las negociaciones "están muy duras".
Pero se mostraron optimistas: "Creemos
que el caso se va a resolver pronto",
agregaron.
Al
hermano del volante de River lo secuestraron
el viernes de la semana pasada mientras
iba en un BMW junto a su novia por la
localidad de Billinghurst, en San Martín.
Doce horas después, los captores hicieron
un llamado y exigieron el pago del rescate.
En la comunicación que recibió un cuñado
de la víctima, los delincuentes fueron
claros con su advertencia: "Queremos 500.000
dólares, junten la plata; no queremos
a la Policía".
Fuentes
del caso explicaron, que igual que en
el caso Brozzoni, se trata de delincuentes
con experiencia que sabían a quién buscaban.
Para exigir el pago del rescate habrían
contado con el dato de que Víctor Zapata
había renovado su contrato con River.
Los investigadores, entre otras pistas,
siguen una que apunta al entorno cercano
del futbolista.
Con
respecto al secuestro del hijo de un comerciante
dueño de almacenes de Villa Martelli,
partido de Vicente López, los investigadores
tienen dudas y ahora empezaron a investigar
otras hipótesis. No descartan que la desaparición
del joven pueda estar relacionada con
una venganza.
Marcelo
Ramírez, de 27 años, desapareció el 10
de diciembre. Su familia denunció que
fue secuestrado mientras viajaba en su
camioneta por el barrio. La camioneta
fue encontrada días después en un descampado
de la zona norte del conurbano y, según
fuentes del caso, adentro había manchas
de sangre.
Según
trascendió, en un principio los secuestradores
habrían pedido a la familia un rescate
de 100.000 pesos pero, con el correr de
los días, habrían bajado sus pretensiones
a 30.000, dijeron fuentes de la Delegación
Departamental de Investigaciones de San
Isidro. Pero en los últimos días no hubo
más llamadas y ante "la tranquilidad de
los familiares", según dijeron las fuentes
policiales, comenzaron a investigar otras
posibilidades.
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|| Tres
familias están pasando un fin de año lleno
de angustia e incertidumbre. |
Tres
familias están pasando un fin de año lleno
de angustia e incertidumbre.
Una
es la del futbolista Víctor Zapata: su
hermano fue secuestrado el viernes pasado.
La otras son las del empresario Elio Brozzoni,
quien lleva 21 días en manos de sus captores,
y la de Marcelo Ramírez, quien fue secuestrado
en Villa Martelli el 10 de diciembre.
Los
tres secuestros, según dijeron fuentes
de los distintos casos, no fueron "al
voleo". Es decir, fueron cometidos por
bandas organizadas que realizaron tareas
de inteligencia para dar los golpes. En
dos de ellos, en el de Brozzoni y en el
de Zapata, las sumas de dinero que exigen
los secuestradores por los rescates, al
menos en un principio, son muy altas:
un millón de dólares por el empresario
y 500.000 dólares por el hermano del volante
de River.
Germán
Zapata, de 16 años, fue secuestrado el
viernes pasado a la noche cuando se encontraba
con una chica en un auto BMW, en Billinghurst,
partido de San Martín.
Doce
horas después de secuestrarlo, los captores
hicieron un llamado y exigieron el pago
del rescate. En la comunicación que recibió
un cuñado de la víctima, los delincuentes
advirtieron: "Queremos 500.000 dólares,
junten la plata. No queremos a la Policía".
Desde entonces no habrían vuelto a llamar.
"El
contacto de los secuestradores con la
familia fue tan breve que impide rastrear
el origen del llamado", reveló un investigador
policial a la agencia de noticias Télam.
Fuentes
del caso explicaron que se trata de delincuentes
con experiencia que sabían a quién buscaban.
Para exigir el pago del rescate habrían
contado con el dato de que el futbolista
Víctor Zapata había renovado su contrato
con el club de Nuñez en 110.000 dólares.
El
secuestro de Germán Zapata tiene notables
similitudes con el de Cristian Riquelme,
hermano de Juan Román Riquelme (pagó un
rescate de 160.000 dólares, algo más de
la mitad de los 300.000 que se habían
exigido en un principio), y con el del
padre de los futbolistas Gabriel y Diego
Milito: los secuestros ocurrieron días
después de que los jugadores arreglaran
sus contratos por importantes sumas
El
caso de Elio Brozzoni es muy llamativo.
El hombre, de 58 años, es uno de los dueños
de una empresa familiar: la papelera Santa
Angela, que está en General Pacheco. Brozzoni
fue secuestrado el 11 de diciembre y,
por su rescate, los secuestradores pidieron
la inusual suma de un millón de dólares.
Sin embargo, en las últimas horas surgieron
versiones que indican que los captores
habrían bajado sus pretensiones a la mitad
durante el último fin de semana.
A
Brozzoni lo secuestraron de una manera
muy peculiar: estaba almorzando con uno
de sus hermanos y el hijo de José Bascoy:
un empresario que estuvo secuestrado entre
el 26 de octubre y el 4 de noviembre.
Los tres estaban en el restorán La Barranca,
que está sobre avenida Constituyentes
(la vieja ruta 9), a 14 cuadras de la
planta de su empresa. En el restorán,
que tiene dos cámaras de seguridad, había
además unas 30 personas, entre empleados
y clientes.
Tres
hombres, vestidos con ropas de colores
muy llamativos y sus cabellos teñidos
de amarillo, entraron por una puerta y
dos secuestradores más lo hicieron por
otra que da a un lateral. Rápidamente
fueron hacia la mesa en la que estaban
los tres hombres y tomaron del cuello
a Brozzoni. Lo sacaron del restorán y
lo subieron a un Volkswagen Polo gris.
Los secuestradores también se movían en
un Alfa Romeo rojo. Al Polo lo dejaron
abandonado cerca de la estación de Pacheco
y se subieron a un VW Gol, que después
apareció en el barrio Las Tunas.
Los
testigos dijeron que los secuestradores
se manejaron con calma y que, mientras
secuestraban al empresario, hasta pidieron
tranquilidad a los demás clientes.
Desde
ese día, los secuestradores se comunicaron
varias veces con uno de los hijos del
empresario, quien es el encargado de llevar
adelante las negociaciones. Fuentes del
caso dijeron que los Brozzoni recibieron,
hace diez días, una prueba de vida: un
fax manuscrito en italiano que habría
sido escrito por el empresario, en el
que contaba detalles de su familia que
sólo el conocería. El fax llegó a la empresa
de un amigo.
La
semana pasada los captores del empresario
llamaron a la familia y les habrían dicho
que "si no pueden juntar la plata, no
hay más llamadas hasta el año que viene".
Sin
embargo, hay versiones que indican que
el sábado pasado la familia recibió otro
llamado en el que los secuestradores habrían
bajado sus pretensiones para liberar a
Brozzoni. Ahora pretenderían 500.000 dólares.
"La
familia está desesperada, porque no cuentan
con esa suma de dinero", dijeron fuentes
del caso a Clarín.
El
tercer secuestro que está en curso es
el de un joven de 27 años. Marcelo Ramírez
es el hijo de un comerciante dueño de
almacenes de Villa Martelli, partido de
Vicente López.
El
joven fue secuestrado hace tres semanas,
un día antes que Brozzoni, mientras viajaba
con su camioneta por el barrio. La camioneta
fue encontrada días después en un descampado
de la zona norte del conurbano. Según
fuentes del caso, en su interior había
manchas de sangre.
Al
principio los secuestradores pidieron
a la familia un rescate de 100.000 pesos
pero con el correr de los días bajaron
sus pretensiones a 30.000, dijeron fuentes
de la Delegación Departamental de Investigaciones
de San Isidro.
Sin
embargo, una fuente del caso dijo a la
agencia Télam que desde hace más de diez
días que no hay nuevas comunicaciones
entre los secuestradores y la familia.
También dijeron que nunca hubo una prueba
de vida.
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|| Crearán
un grupo antisecuestros |
Creada
"para la defensa del periodismo independiente",
la asociación Periodistas fijó posición
ante los hechos de secuestros en los que
distintos medios tuvieron notorio protagonismo:
Es
responsabilidad de las autoridades públicas
la divulgación de datos que pueden
poner en peligro la vida de personas secuestradas.
Sin
la ilegal e inmoral infidencia estatal,
no se correría tal riesgo.
En
ninguno de los casos conocidos hubo investigación
periodística, sino filtración de fuentes
policiales y de los servicios de inteligencia.
Se
trata de cosas bien distintas que no conviene
confundir: la primera corresponde a un
noble oficio, la segunda es un despreciable
acto de corrupción.
Esos
trascendidos no se producirían si no hubiera
una demanda ávida por parte de medios
y periodistas que están dispuestos
a pagar por tan ruin materia prima.
Es
admisible, en cambio, la difusión de los
detalles de la negociación una vez concluido
el hecho, para satisfacer el legítimo
interés general por acontecimientos
de trascendencia pública.
Lo
mismo puede decirse de conversaciones
entre los supuestos autores de esos u
otros delitos, grabados por las autoridades
que los investigaban.
Los
criterios que la Corte Suprema fijó en
el caso de Ricardo Balbín son de estricta
aplicación ahora: las personalidades
públicas deben estar más expuestas que
los ciudadanos comunes al escrutinio público,
pero aun así conservan un ámbito de privacidad
que no puede ser invadido en forma
impune.
Ni
el carácter público del hecho o sus protagonistas
ni la supuesta culpabilidad de los interlocutores
autoriza a invadir esas esferas de reserva
que corresponden a los derechos personalísimos.
- El
empleo de semejantes recursos en la
búsqueda de mayor rating o ventas
constituye una mera estrategia comercial
que no puede encubrirse como un
servicio público o de interés general.
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|| LA
INSEGURIDAD EN UN PUNTO LIMITE |
Alarma
por la ola de secuestros en la zona norte
del conurbano
Cuatro
terminaron con el pago de rescate. Pero
dos siguen en la etapa de negociaciones
con los secuestradores. Son el del hijo
de un comerciante de Villa Martelli y
el de un empresario papelero.
Sólo
en las últimas semanas se registraron
seis secuestros extorsivos en el
norte del conurbano bonaerense. Cuatro
de ellos concluyeron con el pago de
rescate exigido a las familias de
las víctimas pero dos aún siguen en "curso":
todavía no aparecen ni el hijo de un comerciante
de Villa Martelli (dueño de varios almacenes)
ni un empresario papelero de General Pacheco.
Elio
Brozzoni (58) dueño de la papelera Santa
Angela fue secuestrado el miércoles por
un grupo comando. Los integrantes de la
banda iban vestidos con mamelucos color
naranja y al menos tres de ellos se habían
teñido el pelo de amarillo. La banda entró
al restorán donde el empresario estaba
almorzando (ubicado a unas 14 cuadras
de su fábrica) y se lo llevó. Escaparon
en dos autos.
A
los secuestradores no les importó que
en el lugar hubiera unas 30 personas ni
que Brozzoni estuviera acompañado. En
su mesa estaban su suegro y un amigo que,
ayer se supo, era el hijo de José Bascoy,
un empresario del transporte que estuvo
secuestrado entre el 26 de octubre y el
4 de noviembre. "Fue todo muy rápido,
entraron y se lo llevaron. En total, creo,
serían cinco hombres", dijo Bascoy.
En
el primer llamado a la familia Brozzoni
(que vive en El Talar, partido de Tigre)
los secuestradores exigieron el pago de
un millón de dólares y, según versiones,
hasta ayer no querían transigir en el
monto del rescate.
"Hoy
(por ayer) hubo una nueva llamada a uno
de los hijos de Brozzoni y reiteraron
su exigencia de que quieren un millón
de dólares", explicaron fuentes del caso,
que no fue denunciado por la familia del
empresario, por lo que la Justicia y la
Policía actúan de oficio.
La
segunda víctima que sigue sin aparecer
es Marcelo Ramírez, de 27 años, quien
sería hijo de un comerciante dueño de
dos almacenes de Villa Martelli, partido
de Vicente López. El joven fue secuestrado
el martes pasado por la noche cuando iba
en su camioneta por su barrio.
"Al
principio los secuestradores le pidieron
a la familia un rescate de 100.000
pesos pero, con el paso de los días,
habrían bajado sus pretensiones a 20 o
30.000 pesos", dijeron fuentes de la investigación,
a cargo de la Delegación Departamental
de Investigaciones de San Isidro y la
Dirección de Investigaciones Complejas.
"A
nosotros no nos sorprende lo que está
pasando. Tenemos secuestros todos los
días", confió una fuente policial
consultada por la agencia Télam.
Para reafirmar esto las fuentes dejaron
trascender cuatro casos más ocurridos
en estas últimas semanas.
El
más reciente de ellos es el de Rodolfo
Mella, de 27 años. El joven fue secuestrado
el jueves a la noche en la localidad de
Don Torcuato por tres hombres que se
subieron a su automóvil. La banda
pidió 10.000 pesos de rescate.
La familia de Mella logró juntar el dinero
rápido y la víctima fue liberada
horas después.
Un
secuestro que también permaneció en secreto
fue el del hijo —de 28 años— del empresario
del transporte Omar Mansilla, dueño de
la empresa Compañía Noroeste S.A., que
tiene la línea de colectivos 343 que une
Liniers con Tigre.
En
este caso la víctima fue liberada la semana
pasada luego de pasar 14 días en cautiverio.
Según fuentes policiales su familia pagó
un rescate de 50.000 dólares. "No
lo lastimaron, lo trataron bien", agregaron
las fuentes.
Los
dos últimos casos se desarrollaron casi
al mismo tiempo que el del hijo de Mansilla.
Un hombre fue secuestrado en Olivos y
liberado a las 24 horas luego que se pagara
por él una suma cercana a los 20.000
pesos y, por otro lado, en la localidad
de Boulogne, otro hombre estuvo varias
horas cautivo hasta que su familia logró
juntar 10.000 pesos.
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|| APURAN
UNA REFORMA PARA SEPARAR SEGURIDAD Y JUSTICIA
EN LA PROVINCIA |
Policías
armados custodiarán a los aviones de línea
británicos
El
gobierno británico anunció hoy que Policías
armados viajarán próximamente en los aviones
de las aerolíneas locales para impedir
que los aparatos sean secuestrados y desviados.
El ministro de Transportes del Reino Unido,
Alistair Darling, señaló mediante un comunicado
que "Policías de civil, especialmente
entrenados, trabajarán a bordo de los
aviones civiles británicos". "Esta medida,
apropiada y razonable, se agrega a una
serie de iniciativas ya aplicadas para
responder a las amenazas que pesan sobre
los intereses británicos y sobre la aviación
británica", explicó.
Darling precisó que la aviación inglesa
es objeto de una amenaza "real", pero
que esta medida no fue tomada en respuesta
a una alerta en particular. "El gobierno
continuará trabajando con las compañías
aéreas para consensuar medidas duraderas
que respondan a la amenaza terrorista",
destacó el ministro.
Sin embargo, los sindicatos de pilotos
salieron públicamente a rechazar la medida.
"Estamos en contra", dijo inmediatamente
un representante sindical de los pilotos
británicos, Chris Hodgkinson, al ser consultado
por el canal de televisión Sky News. Las
aerolíneas británicas manifestaron el
1 de diciembre pasado su reticencia a
los planes del gobierno de imponerles
policías armados por motivos de seguridad.
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|| LIBERARON
A LA ESPOSA DE UN EMPRESARIO SANJUANINO |
Un
fin de año con tres secuestros extorsivos
todavía sin resolverse
Las víctimas son
el hermano de un jugador de River, un empresario
de Pacheco y el hijo de un comerciante de
Villa Martelli.
Tres
familias están pasando un fin de año lleno
de angustia e incertidumbre. Una es la del
futbolista Víctor Zapata: su hermano fue
secuestrado el viernes pasado. La otras
son las del empresario Elio Brozzoni, quien
lleva 21 días en manos de sus captores,
y la de Marcelo Ramírez, quien fue secuestrado
en Villa Martelli el 10 de diciembre.
Los tres secuestros, según dijeron fuentes
de los distintos casos, no fueron "al voleo".
Es decir, fueron cometidos por bandas organizadas
que realizaron tareas de inteligencia para
dar los golpes. En dos de ellos, en el de
Brozzoni y en el de Zapata, las sumas de
dinero que exigen los secuestradores por
los rescates, al menos en un principio,
son muy altas: un millón de dólares por
el empresario y 500.000 dólares por el hermano
del volante de River.
Germán Zapata, de 16 años, fue secuestrado
el viernes pasado a la noche cuando se encontraba
con una chica en un auto BMW, en Billinghurst,
partido de San Martín.
Doce horas después de secuestrarlo, los
captores hicieron un llamado y exigieron
el pago del rescate. En la comunicación
que recibió un cuñado de la víctima, los
delincuentes advirtieron: "Queremos 500.000
dólares, junten la plata. No queremos a
la Policía". Desde entonces no habrían
vuelto a llamar.
"El contacto de los secuestradores con la
familia fue tan breve que impide rastrear
el origen del llamado", reveló un investigador
policial a la agencia de noticias Télam.
Fuentes del caso explicaron que se trata
de delincuentes con experiencia que sabían
a quién buscaban. Para exigir el pago
del rescate habrían contado con el dato
de que el futbolista Víctor Zapata había
renovado su contrato con el club de Nuñez
en 110.000 dólares.
El secuestro de Germán Zapata tiene notables
similitudes con el de Cristian Riquelme,
hermano de Juan Román Riquelme (pagó un
rescate de 160.000 dólares, algo más de
la mitad de los 300.000 que se habían exigido
en un principio), y con el del padre de
los futbolistas Gabriel y Diego Milito:
los secuestros ocurrieron días después de
que los jugadores arreglaran sus contratos
por importantes sumas.
El caso de Elio Brozzoni es muy llamativo.
El hombre, de 58 años, es uno de los dueños
de una empresa familiar: la papelera Santa
Angela, que está en General Pacheco. Brozzoni
fue secuestrado el 11 de diciembre y, por
su rescate, los secuestradores pidieron
la inusual suma de un millón de dólares.
Sin embargo, en las últimas horas surgieron
versiones que indican que los captores habrían
bajado sus pretensiones a la mitad durante
el último fin de semana.
A Brozzoni lo secuestraron de una manera
muy peculiar: estaba almorzando con uno
de sus hermanos y el hijo de José Bascoy:
un empresario que estuvo secuestrado entre
el 26 de octubre y el 4 de noviembre. Los
tres estaban en el restorán La Barranca,
que está sobre avenida Constituyentes (la
vieja ruta 9), a 14 cuadras de la planta
de su empresa. En el restorán, que tiene
dos cámaras de seguridad, había además unas
30 personas, entre empleados y clientes.
Tres hombres, vestidos con ropas de colores
muy llamativos y sus cabellos teñidos de
amarillo, entraron por una puerta y dos
secuestradores más lo hicieron por otra
que da a un lateral. Rápidamente fueron
hacia la mesa en la que estaban los tres
hombres y tomaron del cuello a Brozzoni.
Lo sacaron del restorán y lo subieron a
un Volkswagen Polo gris. Los secuestradores
también se movían en un Alfa Romeo rojo.
Al Polo lo dejaron abandonado cerca de la
estación de Pacheco y se subieron a un VW
Gol, que después apareció en el barrio Las
Tunas.
Los testigos dijeron que los secuestradores
se manejaron con calma y que, mientras secuestraban
al empresario, hasta pidieron tranquilidad
a los demás clientes.
Desde ese día, los secuestradores se comunicaron
varias veces con uno de los hijos del empresario,
quien es el encargado de llevar adelante
las negociaciones. Fuentes del caso dijeron
que los Brozzoni recibieron, hace diez días,
una prueba de vida: un fax manuscrito
en italiano que habría sido escrito
por el empresario, en el que contaba detalles
de su familia que sólo el conocería. El
fax llegó a la empresa de un amigo.
La semana pasada los captores del empresario
llamaron a la familia y les habrían dicho
que "si no pueden juntar la plata, no hay
más llamadas hasta el año que viene".
Sin embargo, hay versiones que indican que
el sábado pasado la familia recibió otro
llamado en el que los secuestradores habrían
bajado sus pretensiones para liberar a Brozzoni.
Ahora pretenderían 500.000 dólares.
"La familia está desesperada, porque no
cuentan con esa suma de dinero", dijeron
fuentes del caso a Clarín.
El tercer secuestro que está en curso es
el de un joven de 27 años. Marcelo Ramírez
es el hijo de un comerciante dueño de almacenes
de Villa Martelli, partido de Vicente López.
El joven fue secuestrado hace tres semanas,
un día antes que Brozzoni, mientras viajaba
con su camioneta por el barrio. La camioneta
fue encontrada días después en un descampado
de la zona norte del conurbano. Según fuentes
del caso, en su interior había manchas
de sangre.
Al principio los secuestradores pidieron
a la familia un rescate de 100.000 pesos
pero con el correr de los días bajaron sus
pretensiones a 30.000, dijeron fuentes de
la Delegación Departamental de Investigaciones
de San Isidro.
Sin embargo, una fuente del caso dijo a
la agencia Télam que desde hace más
de diez días que no hay nuevas comunicaciones
entre los secuestradores y la familia. También
dijeron que nunca hubo una prueba de vida. |
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